EL FENÓMENO TRUMP

EL FENÓMENO TRUMP

Las elecciones en los Estados Unidos de América trajeron consigo la esperanza a una nación vapuleada durante cuatro años por la Izquierda del Partido Demócrata. El gran afán de este partido fue hacer la guerra, ya que sus financieros fueron el Complejo militar-industrial de los Estados Unidos y las grandes farmacéuticas … ¿Ahora entienden?

Es por este "detalle" que, durante el cuatrienio de Biden, se disparó el COVID-19 y se incrementaron las guerras.

Este triángulo de hierro engloba la amplia red de contratos, flujos monetarios y de recursos que circulan entre los contratistas privados de Defensa: el Pentágono, el Congreso y el Gobierno.

Así que, no es extraño que una de las grandes promesas de campaña de Trump fuera la de acabar con las guerras y fortalecer la industria automotriz tan vapuleada en la gestión de Biden. Este obedeció a las grandes corporaciones como Black Rock y Vanguard que han gestionado los millonarios préstamos a Zelenski​ para la defensa ofensiva de Ucrania, y que son, en la actualidad, los que fomentan la idea de que hay que vencer a la Federación Rusa para que aquéllos recuperen sus ganancias de su inversión en esta guerra.

El triunfo de Trump supone en el horizonte la paz en la región, repartiendo el territorio de acuerdo con sus avances. También puede gestionar que los países limítrofes de la Federación Rusa hagan un acuerdo de neutralidad y así ahuyentar los fantasmas de una Tercera Guerra Mundial.

Los BRICS han sido el gran acierto de Putin, para equilibrar el poder global, al poner sobre la mesa la carta de bipolaridad, que no persigue la destrucción del dólar, sino que éste sea una moneda alternativa de reserva y hacer oficial que el dominio militar y económico ya no está de un solo lado. El bloque BRICS aboga por el desarrollo en un ambiente de paz, muy al estilo chino, que no explota ni traiciona a sus socios. El avance de las BRICS se limita, en apariencia, al desarrollo económico, pero contempla barrer las ideologías de DAVOS en un mundo sin mesianismo.

En esto, coinciden con Trump, ya que puso al hombre más rico del mundo (y sus intereses) al frente del Ministerio de "recomponer las cosas" y dar un paso atrás para rescatar el sistema tradicional estadounidense.

El fenómeno Trump para Latinoamérica se basa en la recia autoridad que le da, de ser presidente del país más poderoso del mundo y limpiar toda la suciedad que ha derramado por doquier la Izquierda en su afán de plegarse totalmente a la Agenda 2030.

En vistas de estas acciones, la Izquierda radical amplía sus proyectos hasta el 2045. Por lo pronto, Trump se alía con el desarrollador tecnológico más importante en estos momentos y lo pone a ordenar las cosas. Por otro lado, y formando una poderosa mancuerna con Robert Kennedy júnior, garantiza una moral para rescatar de un pasado reciente, el honor y la dignidad del ser estadounidense.

Por lo tanto, los entes disolventes de la Izquierda norteamericana hacen maletas para huir del alcance nacionalista de Trump, que, … ¡promete volver a ser grande a los Estados Unidos!


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