ENTREVISTA AL DOCTOR TOMÁS DE LILLE
dosBWRadio. EL NIDO DE "EL COMEGÉN"
ENTREVISTA AL DOCTOR TOMÁS DE LILLE
Por "El Comegén".
-¡Buenos días! Les damos a nuestros radioescuchas, la más cordial bienvenida a este su Programa preferido: "El Nido de "El Comegén", donde se debaten temas trascedentes de la Política, la ciencia, la Geopolítica, y ahora de Teología, que tienen un impacto decisivo en nuestro diario vivir. Sin más preámbulo, los dejo con nuestro Conductor designado: "¡El Comegén!"
-Gracias, gracias, Arquímedes, por la apertura de este programa. Y vamos al grano, que nos espera una agradable sorpresa. Hoy tendremos la presentación de nuestro vino de honor: el Santa Cristina. Es un Vino español para Consagrar. Se preguntarán el porqué de esta "irreverencia". Pero les diré, queridos radioescuchas un secreto personal sobre estos Vinos para Consagrar. Son Vinos certificados, libres de impurezas y químicos que alteren las características de un vino que está hecho para convertirse en la Sangre de Nuestro Señor en la Consagración de la Misa. Por lo tanto, cuando usted bebe estos vinos certificados, está bebiendo un vino auténtico y no alterado por la industria alimenticia e independientemente de su objetivo final, es muy recomendable para beber; es hecho a base de uvas blancas o rojas, sin despojarlo de sus azúcares, por ello es semidulce y delicioso al paladar. No tiene el pedigree de las famosas cosechas, pero es una opción muy saludable... que yo bebo casi a diario, como un Jerez de tempranillo. Dicho esto, que pase nuestro invitado de hoy, el célebre Doctor Tomás de Lille, experto en asuntos teológicos, que nos abrirá los ojos a una realidad tan olvidada por nosotros... ¡Bienvenido, Doctor don Tomás de Lille!
-¡Hola, buenos días, Señor Comegén! Un saludo a toda su audiencia, que nos escucha por dosBWRadio. Encantado y agradecido de estar con vosotros para tratar de un tema escatológico de primer interés para todo aquél que se diga un católico creyente.
-Por favor tome asiento y permita que nuestra asistente Andrómeda, le coloque el micrófono en la solapa.
-¡Gracias, Comegén, por tener a esta distinguida asistente! Me recuerda por su belleza a otra dama que ha permanecido imperturbable por más de 2000 años.
-¿A quién te refieres, Tomás?
-Me refiero a la Dama de Elche... un retrato íbero, realizado en piedra caliza entre los siglos V y IV a. C., cuyo rostro muestra ¡facciones perfectas! Fue descubierta en la Alcudia de Elche, en Alicante, España.
-¡Vaya!... No creí que a los teólogos les interesaran estos temas...
-Has de saber, mi querido Comegén, que un católico aprecia más la belleza que un ateo sin religión.
-¿Cómo está eso, Tomás?...
-Te diré que la Belleza es un atributo supremo de Dios, que es la Belleza por excelencia... y si alguna de sus creaturas es bella, nos recuerda una de sus perfecciones y reverenciamos esta generosidad por mostrarnos un ápice de este atributo.
-Bueno, Tomás, tenemos una sorpresa para ti. Hemos seleccionado un vino blanco español para estar acorde con la "Dama de Elche". Es un Vino para Consagrar, de la Provincia valenciana ¡cerca de Elche!
-¡Gracias, Comegén! Has de saber que casi no bebo porque enturbia mi pensamiento, pero no rehuso un vino generoso, ¡que sólo produce felicidad!
-Por favor, Andrómeda, sírvenos una copa a nuestro invitado y a mí, del Vino de honor "Santa Cristina" ...
-Definitivamente, Andrómeda tiene esa parte imperturbable de la Dama de Elche...
-¡Salud, Doctor Tomás!
-¡Salud, Comegén! Mmh... ¡Delicioso! Con un sabor natural a la uva regional valenciana. ¿De qué quieres que hablemos, Comegén?
-He recurrido a ti, Tomás, porque hay una inquietud entre nuestros oyentes y se refiere al Infierno... Queremos preguntarte: ¿Existe el Infierno o no existe?
-¿El Infierno, Comegén? ¡Claro que existe!... ¡Existe el mal, el infierno y el demonio! Pero como a la Élite gobernante no le interesa que se crea en él, han hecho todo lo posible por engañar a la gente y han concluido que ¡el Infierno y el Demonio no existen! Que sólo son creencias atribuidas a la ignorancia y al "Obscurantismo" que ha propagado la Iglesia.
-¿Cómo así?... Explícate, Tomás...
-Mira, Comegén... el Demonio, como Padre de la Mentira, ha engañado a la humanidad haciéndoles creer que no existe... ¡Éste es el mayor engaño!... Este lugar de tormento y sufrimiento es, Comegén, el reino del Demonio. Este ángel caído que, por odio a su Creador, se rebeló contra Él... y perdió la batalla. Te lo puedo explicar desde el punto de vista teológico, o sea, desde la Ciencia que trata de Dios y del conocimiento que el ser humano tiene sobre Él, pero... me recomendaste bajarme de la "montaña teológica" para hacerlo comprensible a tus oyentes y me voy a ajustar a lo convenido, sólo haciendo referencia a los documentos de la Iglesia... ¡que son muy comprensibles!
-Vamos por partes, Tomás. ¿Por qué existe el Infierno?
-Simple y llano, Comegén... es el lugar del Castigo eterno para todos aquellos que retaron a Dios para tomar su lugar, y sus milicias los arrojaron a un foso ardiente para su castigo... ¡por toda la eternidad!
-¿Y por qué el engaño sobre su existencia?
-Porque los enemigos de Dios son los que detentan el poder... ¿Te acuerdas de las tentaciones de Jesús en el desierto? ¿Qué le ofreció el diablo a Jesús en el desierto?... El Diablo se acercó a Jesús y le dijo: "Si eres el Hijo de Dios, di que esas piedras se conviertan en panes para comer" ... Después lo transportó a la Ciudad de Jerusalén, y lo puso sobre lo alto de una roca y le dijo: "Si eres el Hijo de Dios, lánzate de aquí hacia abajo, que Dios Te ha encomendado a sus ángeles, los cuales te tomarán tus manos para que ti pie no tropiece... Luego lo subió el Diablo a un monumento muy encumbrado desde ahí y le mostró todos los reinos de la tierra y la gloria de ellas. Y luego le dijo: "Todas estas cosas te daré si, postrándote delante de Mí me adoras" ... Muy bien, Comegén, has hecho tu tarea... ¿Qué sacas de todo esto?...
-Que el Demonio ofreció a Jesús lo que nos ofrece a cada uno de vosotros en el paso de nuestra vida.
-¡Exactamente, Comegén!... El placer, el poder y la gloria. El mundo y sus tentaciones son producto del trabajo del demonio y que no descansa... en todo momento te ofrece el placer de la carne, el poder del dinero y la gloria que sólo se le debe a Dios... Ésta es su astucia, por eso ahora dicen que el Infierno no debe existir, porque no quieren que nos distraiga el temor y el castigo, y ¡que no nos resistamos a la tentación! El mundo, Comegén, está regido por estas tentaciones y aunque no nos las ofrecieran, nos desgañitamos por conseguirlas. El valor supremo en la actualidad, Comegén, es el poder, el dinero y el convertirte en dios... ¡Ésa es la gran ambición del Diablo!... Caeremos, Comegén, tras las tentaciones que nos ofrece el Diablo... para asegurarse que seamos parte del botín que por odio ansía. Nos distrae de las consecuencias, ¡el lugar del tormento y el sufrimiento donde el azufre y el fuego nos someten a una agonía indescriptible, que se aplica al condenado impenitente!
-¡Ooh, Doctor Tomás!... ¡Es aterrador!...
-Sí, Comegén, perseguimos la condenación; lo menciona la Biblia, Cristo en el Nuevo Testamento, el Apocalipsis, el Credo de los Apóstoles, el Catecismo de la Iglesia, las Profecías de Fátima, las Encíclicas de Pío XII y, también, siglos atrás, el Dante en su "Divina Comedia".
-¿Y qué hacer, Tomás?... Bueno, primero, digamos "¡Salud!", Comegén, que este generoso vino es dulce al paladar y al espíritu...
-¡Salud, Tomás!
-Primero, Comegén, debemos tener conciencia del Infierno, que es una realidad y que no vale arriesgar a pasar la eternidad entre el fuego y el azufre. Perder el Paraíso por goces pasajeros, es precio muy alto por unas bagatelas. ¿Recuerdas, Comegén, el letrero que había a la entrada del Infierno en "La Divina Comedia" que dice: "Del Infierno no hay salida; lo que estáis por entrar perded toda esperanza"? Dios es amor, Comegén, pero si violas sus leyes o de Su Iglesia... es un Dios de Justicia, que no tardará en darte el justo castigo por tus crímenes en el fuego eterno "donde el gusano no muere", o más bien, uno es el responsable de su propio castigo, ¡uno es el que se auto condena, Comegén!
-¿Y la misericordia de Dios, Tomás?
-El impenitente la rechaza y ¡ahí termina la Misericordia de Dios! Pero, el que se arrepiente y decide vivir como Dios manda... ¡Se salva, Comegén! ¡Se salva... por la Misericordia de Dios!
En ese momento le avisan por el chícharo al Comegén, que el tiempo del Programa ha expirado...
-Bueno, queridos radioescuchas, le damos las gracias a nuestro amigo el Doctor Tomás de Lille... por sus argumentos, para que todos seamos sujetos de salvación y por recordarnos que el Demonio, el mundo y la carne son nuestros verdaderos enemigos. Gracias de nuevo, don Tomás.
-Gracias a ti, Comegén por darme la oportunidad de revivir esta creencia sobre el infierno y decir como actualmente la juventud exclama: "¡Sí se puede, sí se puede!" ... ¡Chao!
¡Nos encantaría escucharte!
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