¿QUIÉNES SON LOS DOCTORES DE ESTE PSIQUIATRICO?

08.08.2024

Siendo estudiante de preparatoria, el profesor de Literatura despertó en varios de nosotros, el interés por conocer un poco más las obras de los autores destacados y después de su lectura hacíamos un somero análisis de las mismas y lo realmente pedagógico era ponernos en contacto con ellos. Esto viene a colación porque entre uno de esos autores fue Edgar Allan Poe cuyos cuentos recuerdo haber leído. Para el presente artículo el cuento de "El sistema del Dr. Tarr y el Prof. Fether" viene bien. La trama se desarrolla en un hospital psiquiátrico, donde los pacientes toman el control de este y al personal lo encierran como si fueran pacientes y ya se imaginarán el tipo de acciones y prácticas que hacen los enfermos mentales al tratar a sus "pacientes".

Dicho cuento viene al caso por la razón de que en la actualidad operan ideologías totalmente descabelladas y que han penetrado en el sentir social como ciertas e incuestionables. Gracias a métodos de lavado de cerebro como la "Ventana de Overtón" y otros sistemas, estas ideologías han logrado adquirir carta de naturalización en casi toda la sociedad a nivel mundial. La reingeniería social consiste precisamente en esto, en cambiar los principios y creencias milenarias que han operado en la sociedad y la han sacado adelante de múltiples problemas, principios que garantizaban, por sus resultados, llevar a buen puerto a la humanidad.

De no ser este asunto de vital importancia porque encamina a la humanidad a destinos inciertos, nos movería a risa por lo absurdo de las ideas que le dan sustento a este "Nuevo Orden Mundial". No cabe la menor duda que los internos, como en el cuento, han tomado el poder y actúan como lo que son: insensatos enemigos de Cristo y de su doctrina y de su Iglesia, única verdadera, principalmente. Aunque otras creencias se han visto afectadas en sus principios.

Según ellos, la lucha milenaria del bien contra el mal, la van ganando y en cierto sentido tienen razón. Cuando vemos a la jerarquía eclesiástica callar y aún más aceptar ser alumna de las creencias del "siglo", hablar y adoctrinar sobre el ecologismo, del calentamiento global, santificar las uniones de personas del mismo sexo, ser tibia en condenar las ideologías que van en contra de su esencia doctrinal. Con desesperación miramos a nuestro rededor pareciera que no encontramos asidero para soportar la tempestad que se ha desatado contra la humanidad.

EL crimen del aborto ha dejado de serlo para convertirse, eufemísticamente, en "salud reproductiva", y en "derecho" de la mujer para deshacerse del hijo aún en su vientre. El ser madre, antes era una bendición y hoy es visto como un obstáculo que impide la plena realización de la mujer. El placer y los logros profesionales y económicos son lo importante; es la meta a alcanzar para muchas mujeres. No hay margen de tolerancia para los que pensamos de manera diferente; los "tolerantes" no toleran otra manera de pensar. Debemos mencionar que, en ningún medio de comunicación de mediana importancia hacia arriba, se les brinda espacio a opiniones diferentes a las de los que hoy controlan el "psiquiátrico".

El feminismo desbocado que se difunde y ha ido ganando adeptas día con día, es otro aspecto de la locura que se promueve festivamente como un gran logro de las féminas. No podemos negar que, en varios aspectos de la vida, la mujer no ha sido valorada como se merece, que ha desarrollado papeles secundarios cuando perfectamente pueden desempeñarse con mucha eficacia y en ocasiones mejor que el varón, pero llevar estos derechos al extremo de ver al hombre como su enemigo, de ver estructuras "patriarcales" en muchas estructuras sociales y como perjudiciales a su género, ¡es el colmo¡ Por cierto ya no hay sexos masculino y femenino; ahora existe el género y, a estas fechas ya vamos en ciento y tantos, y el número creciendo.

La homosexualidad es promovida por todos los medios de comunicación masiva, escritos y electrónicos, al igual que toda la podredumbre del "Nuevo Orden Mundial". Desde que la humanidad existe, el pecado está presente, la serpiente engaña a nuestros primeros padres, mintiéndoles como lo sabe hacer, de que si comen el fruto del bien y el mal se convertirán en dioses. Y desde entonces, sigue haciendo su viejo truco, "si haces esto o aquello, tendrás gozo, placer, riqueza, fama, todo lo que desees, no te prives de nada", no hay pecado, son creencias impuestas por los enemigos de la humanidad que nos quieren hacer sufrir.

El cambio de sexo, que no es tal, sino una serie intervenciones quirúrgicas, se práctica alegremente a niños que están muy lejos de poder tener definida su personalidad; los están condenando, de por vida, al sufrimiento de sentirse en un cuerpo que, para funcionar, y defectuosamente, tiene que estar consumiendo cantidades considerables de hormonas para adquirir artificialmente rasgos de hombre o mujer, según sea el caso. Están prohibidos los tratamientos de reconversión y quien lo practique es condenado como criminal; médicos, psiquiatras, psicólogos, Sacerdotes y hasta los padres de familia, son condenados a penas de cárcel por intentar corregir el error. Pero, a los que adoctrinan por medio de caricaturas, en las escuelas, programas de televisión y medios electrónicos, se les aplaude. Nuestros niños están siendo víctimas de los que controlan el centro "psiquiátrico".

Los ejemplos antes expuestos son un número limitado de todos los frentes de ataque que están sufriendo la familia y los hombres y mujeres de buen pensar o tan solo con sentido común, que se guían por la naturaleza de las creaturas y, por supuesto, les repugnan los nuevos paradigmas que nos quieren imponer. Y quienes son Esos seres misteriosos que parecen todo poderosos y con el petate del muerto nos quieren asustar, para obligarnos a callar. Son personas e instituciones, manejadas por personas claro está, los que desde sus cumbres económicas se han abrogado el derecho de imponer sus creencias a todos los habitantes de la tierra. Ellos han escogido el campo de batalla en el que quieren militar, han elegido servir y alabar al mono del Verdadero Dios. El personaje de la oscuridad es su señor por elección; libremente han escogido a quién servir y reciben con agrado las riquezas inmensurables que les otorga a cambio de tal servicio; se les olvida o fingen olvidar que su "señor" se caracteriza por la mentir y el engañar a los que han elegido ser sus lacayos.

Tomados de la mano de Dios y apegados a sus enseñanzas resguardadas por la Santa Madre Iglesia de siempre, cabalgamos serenos y apacibles a la batalla contra los enemigos. Es una más de las batallas que ha enfrentado la humanidad temerosa de la Santísima Trinidad y es muy probable que vengan otras, porque puede ser el principio de los últimos tiempos. Si Dios con nosotros ¿quién contra nosotros?