NICOLÁS MADURO Y SU AS BAJO LA MANGA
Las pasadas elecciones del 28 de julio en Venezuela fueron en esa fecha por un capricho de Nicolás Maduro, pues las hizo coincidir con el aniversario del nacimiento del Comandante Hugo Chávez. A primera vista no tiene la menor importancia, pudo haber sido una mera coincidencia o incluso una deferencia del chavismo para con su difunto líder, pero, si atendemos las creencias esotéricas de muchos de sus herederos políticos, que conforman la columna vertebral de la burocracia dictatorial de ese país sud americano, entendemos con mayor claridad. Sabían claramente del rechazo de la gente y que seguramente perderían las elecciones, así que una ayuda extra del "más allá" sería muy bien recibida para sus problemas del "más acá".
Las luchas por el poder siempre responden, al final de cuentas, a una lucha espiritual. Puede ser, y es lo más probable, que ni los mismos políticos se enteren que están siendo parte de esas batallas misteriosas en las que todo ser humano participa, seas consciente o no. La lucha eterna del bien contra el mal nos obliga a todos a alistarnos bajo cualquiera de estas banderas; no lo puedes eludir. Los líderes de izquierda, siempre afanados en acabar con la religión por ser el "opio del pueblo", se reservan para sí, creencias esotéricas, practicadas en secreto por los iniciados y que coinciden con la alta burocracia del régimen en cuestión.
Dos libros, del periodista David Placer nos ilustran al respecto, "Los brujos de Chávez" y "El dictador y sus demonios: La secta de Maduro que secuestró Venezuela", libros que nos ilustran sobre las prácticas de Chávez, sus ritos para iniciados dentro del Palacio de Miraflores y en un lugar adaptado para tales ocasiones: para pláticas del Comandante con Simón Bolívar, ante un altar con los huesos y espada del Libertador; Maduro y sus conversaciones con el espíritu de Chávez por medio de un pajarito como médium, invocaciones al camarada Hugo, ante un fémur para que se digne ilustrarle y darle sus sabios consejos. Eso de masacrar y someter al pueblo, lo requiere y qué mejor que sean del mismísimo Chávez; quien quite y hasta Fidel se haga presente y quiera mostrar su bondad aportando lo suyo.
De no ser un asunto tan serio nos movería a risa el solo imaginarnos a Maduro, Disdado, Padrino, Tarek William Saab y demás miembros de la mafia en el poder, invocando al comandante Hugo para tener una reunión de gabinete. Es muy probable que los haga esperar y que se impacienten, pero la disciplina se impone y el que manda, manda, y si se equivoca vuelve a mandar. Sí, Chávez seguido se sentaba a comer con Bolívar, pidiendo al mesero que sirviera dos porciones, una al frente del otro, aunque el mesero no podía ver al invitado tan especial; pobre ignorante, se diría para sí el Comandante. Entonces ¿por qué se molesta ahora que lo llaman continuamente, pues que no se da cuenta que les quieren arrebatar el poder? ¿Acaso no sabe que sus herederos están siendo desprestigiados a nivel mundial, so pretexto de haber perdido unas elecciones? ¿Desde cuándo han visto que una dictadura que se precie entregue el poder? Como dijo el gran filósofo, "nuncamente", se preguntarán cual filosofo, pues no lo sé, pero ya entrado en analizar a mentirosos, lo dijo. ¿Me estaré contagiando?
Maduro, al igual que otros líderes de izquierda, es admirador y seguidor del difunto gurú indio Saí Baba, a quien visitó siendo aún joven y ya era creyente de ese tipo de gentes, que hacen una mezcolanza de creencias, envueltas en telas de amor, fraternidad, libertad de pensamiento y espíritu. Ahí el fundamento de su cosmovisión y creérselas para sí mismo y sentirse que son los redentores de la humanidad, ¿quién si no ellos para lograr el hombre nuevo, de la fraternidad universal? Eliminar a los opositores ante tan noble propósito es una obligación; someter al pueblo a la miseria es parte del proceso al que ha de someterse al hombre para que deje sus ambiciones perversas de ser capitalistas.
Eso de querer comer tres veces al día es una idea burguesa; querer más de un par de zapatos es una mentalidad capitalista; querer una casa propia, son resabios del hombre viejo; sentir la necesidad de tener ahorros para tiempos difíciles, ambicionar una educación de calidad para los hijos, por favor, eso desconfiar de los luchadores sociales que tanto se sacrifican por el pueblo.
Siento las ganas de levantarme y aplaudirles a tan insignes camaradas, por su entrega a la lucha del pueblo contra el imperio, la burguesía, los escuálidos, fifís o gusanos que se creen con la capacidad de pensar por sí mismos. Están llenos de soberbia, ¡pensar por sí mismos! esto no se puede tolerar.