LA GRAN TRAICIÓN
LA GRAN TRAICIÓN
Lo nunca visto es una realidad en nuestro tiempo; resulta que a nivel global los líderes de las naciones han traicionada a sus pueblos; las democracias están siendo vapuleadas por sus gobernantes.
Era imperativo meter en un solo saco a los elegidos de las naciones para tomar oscuras decisiones contra sus gobernados. Esto ha sido posible por el reclutamiento de todos los aspirantes de algún partido para un cargo popular a la satánica cofradía denominada masonería, iluminatis, estado profundo, Bilderbergs o cualquier otro sinónimo de esta conspirativa hermandad.
El objetivo es llevar a cabo sus acariciados proyectos concebidos en Ginebra allá por el siglo XVIII y puestos en marcha en la Revolución Francesa. Es sabido que, para cualquier aprendiz de político es un requisito indispensable militar en esta aparente "Filantrópica Asociación" desde el principio de sus carreras.
Durante los últimos siglos se han afanado en escoger a los talentos que tienen el perfil que buscan para reclutarlos en su "benemérita institución".
Es así que pudieron independizar a todos las colonias de América Española, contagiarlas de "Libertad, Igualdad y Fraternidad", que no era otra cosa que desterrar y girar 180° su concepción cristiana de las naciones. Todo esto por el profundo odio y envidia que tuvo el inspirador de las logias por la Civilización Cristiana Occidental; es decir, Luzbel, Satanás, o Baphomet, adorado por ellos bajo estas deidades.
Luego se dieron a la tarea de orientar las decisiones de los congresos nacionales para reformar sus constituciones y convertirlas en cartas magnas enemigas de la religión católica y de Jesucristo su fundador.
El que terminó mangoneando a la masonería, fue sin duda, la corriente evangélica; herética de la Iglesia Católica en el mundo anglosajón, pero en Latinoamérica ha prevalecido una visión de la política atea, sin Dios, sin Patria y sin valores.
Durante el siglo pasado se dedicaron a fomentar una revolución cultural, para exprimir los residuos de Dios en la cultura y en sus costumbres.
Así llegamos al presente con una carga de ateísmo que nos propone el Cielo en la tierra, adorando a los ídolos del yo, el oro y los placeres.
La mayoría de los líderes de nuestras naciones latinoamericanas han traicionado la confianza que depositó el pueblo en sus gestiones, se han avocado a construir un mundo sin fe, sin costumbres, sin fronteras, sujetos a los calenturientos planes de sus superiores: La Élite.
Esta Élite es tan exclusiva que, según datos de ellos mismos, no pasa de once a trece familias que controlan los bancos centrales de todo el mundo y que tienen en sus manos la voluntad de los dirigentes de gran parte del orbe. Ellos han concebido desde el principio el globalismo, con todos sus objetivos, para el control total por medio de un Nuevo Orden Mundial.
Nuestros Políticos (casi todos) se deben a este nuevo paradigma, no a la voluntad del pueblo, que los ha elegido.
Estos políticos traidores surgieron durante la Independencia (hablando de México), se consolidaron en la Guerra de Reforma y se proclamaron liberales. En México, si hablamos desde la Independencia hasta la fecha, lo podemos definir como el México masónico, pero por algún efecto sobrenatural ha sobrevivido en el pueblo el México Guadalupano, es decir, un pueblo que ha sufrido la Independencia, la Reforma, la Revolución, la persecución y la corrupción, pero que aún conserva la fe tan combatida: la fe en Dios y en la Virgen de Guadalupe.
Es posible que los planes de la Élite no han podido consolidar, por el efecto Guadalupano, esta fuerza sobrenatural que protege al pueblo mexicano y latinoamericano. Es el dique donde se estrella el corazón masónico de los políticos que han traicionado la protección del Cielo ... "No estoy yo aquí...que soy tu Madre".
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