LA PANDEMIA Y LA 4T
LA PANDEMIA Y LA 4 T
Por J. C. M. 23/03/2020
Por fin, el mundo empieza a caerle el veinte, después de décadas de ignorar la religión, de indiferencia, y aun de combatirla. Los católicos europeos y de todo el mundo occidental, empiezan a utilizar su sentido común para recordar la fe de sus mayores.
En este momento dramático de la historia donde los abuelos están siendo exterminados; el egoísmo fomentado por los que tratan de imponer el Nuevo Orden Mundial, a través de un virus creado en un laboratorio de guerra con el fin de "desollar a la humanidad" y reducir su población, el pueblo voltea a su Dios y Señor en busca de consuelo y misericordia.
¿Creen que Dios mandó este flagelo?
No, el Creador sólo dejó hacer a sus creaturas lo que su libre albedrío le complació. ¿Cuál es la medida de la ira de El Señor?... Sin duda ha mucho tiempo que fue rebasada y sólo detuvo Su brazo a fuerza de los ruegos de Su Santa Madre, la Virgen María, quien es nuestro mejor aliado para aplacar la Justicia divina.
Pero la ofensa es tan grande, que a la Virgen se le terminaron Sus argumentos para nuestra defensa. ¿O acaso es poca cosa el aborto en el mundo? El genocidio por más de 50 años, aplicado a Sus hijos y hermanos nuestros, que no vieron la luz del sol, que suman cientos de millones de muertos no-nacidos por la soberbia y el egoísmo de sus creaturas.
Así las cosas, ese inmenso océano de crímenes contra-natura rebasó el límite de los límites al concebir un genocidio mayor, el genocidio para reducir la población.
No les bastó haber fomentado la "reingeniería social" y su nefasta ideología de género, que socavó el bagaje moral de las naciones cristianas, con la complicidad del egocentrismo desordenado y proclamar un "bienestar desenfrenado" que minó la poca voluntad para la resistencia.
Gracias a una porción fiel que se mantuvo firme en la Fe, se ha esquivado la devastación nuclear del planeta. Pero el castigo es inevitable; nuestros propios vicios e incontinencias han provocado esta pandemia que amenaza con acabar con la experiencia de nuestros mayores.
Al ver morir a los ancianos, el mundo se convulsiona de pesar y la culpa surge del alma e inunda la mirada. Piden la Misa y los Sacramentos pero ellos se han negado a salir al encuentro del cristiano arrepentimiento.
Aun así pregunto: ¿Dónde están las desaforadas feministas? ¿Dónde las vandálicas hordas del aborto?
¿No es cosa rara que el virus que nos arruina respete a los niños? Hay explicaciones de la ciencia... pero ¿la explicación moral?
¿Qué se acabó la pandemia en China a pesar de ser un régimen que persigue a los católicos, que Rusia ha sufrido menos que Italia, España y China? ¿Que en Estados Unidos han proclamado un día nacional para la oración y el propio Trump ora desde la oficina oval y desmonta desde la Casa Blanca la cadena de clínicas abortistas?
Las respuestas a estos fenómenos sociales y religiosos los tiene el sentido común. A toda acción corresponde una reacción en igual magnitud y dirección ¡pero en sentido opuesto!
Se pasaron de límite y la ira no ha terminado, si la humanidad no reconoce sus vicios; nuevos flagelos se avecinan de una proporción apocalíptica.
Los pecados del hombre claman al Cielo y Dios recoge a sus elegidos a través del dolor y desasosiego, para que no sufran lo que está por venir.
¡El virus no ha matado a los ancianos! ¡Dios los manda llamar!
Así las cosas, esta terrible guerra biológica se asoma a nuestra nación México. Sabemos que no hay poder para esquivarla pero un punto a favor de los mexicanos es que en esta tierra vive la "Madre del Cielo", y esta gran diferencia es el punto en cuestión.
Pidamos a la Santísima Virgen de Guadalupe nos proteja de la pandemia y nos libre de la 4T.