LOS PÉSIMOS POLÍTICOS

LOS PÉSIMOS POLÍTICOS

Toda política pública siempre debe favorecer al pueblo y ser un acicate para su superación.

En nuestra realidad, llevamos desde la época de la Independencia, que la política "sólo sirve para que los políticos se sirvan de ella", para satisfacer oscuros compromisos y ambiciones personales.

México -ya lo dijo alguien en el pasado- es en su contorno geográfico "un cuerno de la abundancia". Llevamos 200 años de mal manejo de las finanzas públicas y de despojos, y, a pesar de ello, no han podido acabarse a México.

¿Cuántas fortunas han salido del mal ejercicio público de la política?

Un ex gobernador del Estado de México dijo una frase que quedó en los anales de la Historia como una guía para los nuevos políticos: Un político pobre, es un pobre político … El descaro y cinismo de esta premisa, han llegado a aceptarse y reconocer que un político es un ratero en potencia, y si no, recuerden aquella confesión de un presidente municipal, en el Estado de Nayarit: "Sí … he robado, pero poquito…

Esta tendencia ha sido una constante, en cada ejercicio de la política pública, al grado, de que tenemos qué reconocer que en las próximas elecciones federales vamos a elegir a un presidente (a) sin moral, que no respeta al pueblo que lo elija y que se convertirá, en un ratero más en nuestra historia.

Lo que debemos exigir, es un juicio de residencia, sí, como el que le hicieron a Hernán Cortés al término de su gestión. Llamarlo a cuentas y que responda a todas las denuncias reales e inventadas, y así, configurar un delito de su gestión.

Hace falta una ley en la que se exija al funcionario saliente, rendir cuentas y hacer una auditoría a su peculio personal en el que "el debe" y "el haber" sean correspondientes.

Los actuales juicios en realidad "vendettas políticas", más que un acto de Justicia.

¡Se roban billones y todos tan tranquilos! …Por desgracia, México es "un cuerno de la abundancia", siempre rendirá frutos a las malas administraciones.

En vísperas de las elecciones hay una consigna: "votar por el menos malo", y así lo predican, sin vergüenza y sin un ápice de moral.

La contienda parece como "pleito de vecindad" : su arma preferida es sacarle "los trapitos sucios" al contrincante y, por lo general, es por corrupción.

¡Así que, "vota por el menos malo"! … 


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