MENTIRAS Y VERDADES

MENTIRAS Y VERDADES

Por J. C. M.

Ante la pandemia del COVID-19 a nivel global, surgen informaciones en los medios de comunicación y las redes sociales muy contradictorias, al grado de confundir el buen juicio de los ciudadanos, que ya no diferenciamos el bulo de la verdad.

Por un lado, la pandemia tiene muchas aristas y dependen mucho del país en cuestión.

La Federación Rusa, que se creía blindada y tenía una tasa baja de contagios, ya puso sus barbas a remojar y ordena las mismas restricciones que en Occidente.

Los países renuentes en aplicar medidas extremas de aislamiento, como el Reino Unido, ya se debaten en la desesperación; Italia, Francia y España están colapsados por el virus. Unos días ven el panorama esperanzador y otros días se muestra negro y tormentoso.

En los Estados Unidos, que no habían hecho mucho caso del nivel de contagios del COVID-19, ahora son el foco planetario de este flagelo.

Cuando pregunto a familiares y amigos qué pasa en los Estados Unidos por la situación, tanto en California como en Chicago o Miami, ellos me dicen que todo está bien, que siguen trabajando y la pandemia es sólo informativa.

Hay un video donde un residente de Daytona, en E.E.U.U., preocupado por las cifras de contagiados y el colapso de los servicios sanitarios, rompe la cuarentena y se da cuenta de la gran mentira del sistema; encara a los trabajadores -dos o tres- que se encuentran en el Hospital Central, el más importante de la localidad y lo encuentra desierto y al personal sin ninguna protección y con la amenaza de ser arrestado por su curiosidad. Ni filas, ni enfermos, ni automóviles. ¿Qué pasa?

Por otro lado, al preguntar en mi entorno familiar o de amigos, les pregunto que si conocen a alguien que tenga la enfermedad y me responden que no. Las más cercanas referencias son por rumores o algo que vieron en la T.V.

Como contraste, tenemos los escalofriantes escenas en Guayaquil, en el Ecuador, donde las imágenes dantescas de los muertos insepultos que yacen en la vía pública.

La dictadura de la pandemia se extiende por el planeta y obligan a la población mantener el confinamiento llegando a usar la fuerza pública y al arresto al que ose romper la cuarentena.

Se habla mucho de que todo esto es un experimento social para ver y estudiar la reacción de la población y ya concluyen que el mejor sistema es el chino, que a base de fuerza, mantiene el control de los ciudadanos, como ejercicio para el Plan 2030 que nos aplicarían en el futuro.

También se dice de la vacunación obligatoria a la que seremos sometidos en un futuro para "prevenir" otra pandemia igual o peor. Por su parte, Bill Gates fustiga a las naciones reprochándoles su inacción frente al coronavirus y predice que hay que hacer una "mayor inversión" en prevención con la alegría y bendición de los farmacéuticos globales.

Por otro lado, surge un guion de película al filtrarse en la Red, en la que habla sobre las consecuencias de una conspiración contra los niños, donde, según ellos, el gobierno de los E.E.U.U. acude y rescata a más de cien mil niños secuestrados que mantenían escondidos en túneles de Nueva York, y quienes eran usados para extraerles la sangre después de sufrir maltrato y torturas inconcebibles y de sufrir abuso sexual sin precedentes. Esta acción se replicó en la Bahía de los Ángeles y Phoenix.

El campamento montado en Central Park en Nueva York y los barcos hospitales, el USNS Confort y el Mercy en la Bahía de los Ángeles, han sido enviados para tratar a los niños enfermos de este rescate. No sé si es el guion de la segunda película que trata este tema o si hay algo de verdad en el fondo.

¿Cuál era el objetivo contra estos niños? La de someterlos a crueles abusos para que la hormona adrenalina invadiera el torrente sanguíneo y en ese momento extraer la sangre del sufrido infante para generar la droga denominada "Adrenocromo", que es un producto de la oxidación de la adrenalina y se usa como fármaco para reducir el sangrado capilar.

En la teoría de la conspiración, el "Adrenocromo" es supuestamente una droga o un "elixir" de la juventud, extraordinariamente caro que utiliza una "élite" para mantenerse joven y con una vigorosa energía.

Esta vampirezca versión del "Adrenocromo" está relacionado con el Coronavirus pues los perversos usuarios de esta sustancia son más susceptibles de adquirir el COVID-19.

¿Recuerda cuáles fueron los primeros y famosos casos de personas con la infección? Por eso decía Andrés Manuel que el COVID-19 era para "fifís" o adictos al "Adrenocromo".

Por otro flanco, se han desatado en la Red una serie de consejos como medicina para combatir el COVID-19. Entre estos encontramos desde los más simples a los más complejos. Por ejemplo, la sal común que recomienda el Doctor peruano Juan Romay Q. F., que explica el mecanismo de la sal para que los alveolos pulmonares entren en un medio alcalino, que mata el virus. Otros es el de Donald Trump que hizo público al principio de la pandemia y se llama "Cloroquina" -un medicamente para el lupus-. Otra panacea es la del Dr. Luis Herrera, creador del "INTERFERÓN ALFA 2B" que resaltó la capacidad del fármaco para enfrentar el virus y que ya se ha aplicado en la ciudad de Wuhan. Pasando por la Vitamina C o la D, llegamos al Dióxido de Cloro que es un compuesto químico con fórmula CIO2, que es un gas verde amarillento y es un potente agente oxidante, utilizado en el tratamiento del agua, que juran y perjuran que es la salvación del problema.

Ante esta avalancha de recomendaciones se sugiere que mientras "sean peras o manzanas", no nos confiemos y mantengámonos alerta y distantes en el confinamiento recomendado por la OMS, que lo único que puede pasar, es la destrucción de la economía de las naciones y recurrir a los "agiotistas" de siempre, el FMI y el BM, para generar una deuda impagable, que nos cobrarán con los recursos naturales de nuestros pueblos.

¡Aaah! No olvidemos la teoría de los campos electromagnéticos acrecentados por la Tecnología 5G y a la que achacan una baja del sistema inmunológico, responsable de la pandemia en las ciudades de Wuhan, Bérgamo, Portland y Nueva York. 


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