NUEVO ORDEN

Por J. C. M.

Algo se cocina en lo global, algo que no sabemos pues el virus distribuido nos mantiene ajenos y distraídos.

En nuestro arresto voluntario, la Élite hace y deshace a favor de sus planes desbocados, dando atole con el dedo, a millones de seres confinados.

Miles de cadáveres han sembrado en la prolija tierra de los vivos. Y los frutos amargos, por siniestras manos cosechados, llenan los cofres desbordados de valiosas gemas y el oro despojados.

Nuevas reglas han impuesto a los antiguos juegos ya jugados y la renta del pasa-tiempos ya implantado, impide la ventaja de los seres infectados.

La siniestra mano ha perdido, el oro y el poder acumulado. Y los siglos de oposición elaborados, ya no pintan en el ajedrez de lo mundano.

Ha ganado la diestra mano, el poder que a la siniestra le ha encantado por amor al poder desaforado, un bicho mortal al planeta ha inoculado.

No importan los millones confinados si la diestra ha aprovechado para adelantar sus planes, que en el pasado le han fallado. Y ahora la racionalista mano ha confirmado la erección de un templo, dos veces acabado.

Ya está el oro y el pretexto para reconstruir el Templo largamente acariciado. Mientras las naciones tras las rejas arrestadas no dan cuenta de este plan elaborado.

Empobrecerán naciones para llevar a cuentas a la siniestra mano. Y despojadas todas del poder dorado, impondrán la queda para este poder afortunado.

Ya no valdrá el dinero impreso en los talleres despoblados, ahora el valor es controlado por millones de chips inoculados.

La banda se ensancha para dar paso al mensaje de las cosas. Y éstas llegarán hasta el límite de lo que hayan caminado para el ajuste del pueblo subyugado.

La Quinta G se enseñorea del mundo para el control de bienes, que pasan a la agenda de las cosas.

Y el mundo gira y se estremece por la lucha del control del aire, sin tener en cuenta el daño que ocasionan. Así, la siniestra mano ya fenece y la diestra orgullosa y triunfadora, ya eleva la bandera de las cosas.

Los dos polos triunfadores se dan a la tarea de implantar este Nuevo Orden, objeto del negocio de las cosas.

Dios está presente admirado del juguete acariciado, que ha decidido ponerle etiqueta a la creación sublime de Sus manos. Deja hacer, para ver hasta dónde llegan los arrebatos del querer humano.

Dios no puso límite a la libre elección de sus creaturas pero éstas sí lo han puesto a la mayoría de la hechura de sus manos.

La Babel de la Ciencia de los hombres ha rebasado ya la cuota impuesta a su caída. Y el furor de su ira ha despertado el castigo largamente acariciado.

El fin del mundo y de las cosas se acerca galopando el horizonte. Quien tenga oídos que oiga y el que ojos tenga, vea.

La ingratitud del hombre acerca su final predicho desde antiguo, para poner el Orden que sí es Orden contra el orden orgulloso del maligno.

Un Nuevo Orden, un Nuevo Mundo, un Nuevo Amor; concebido en lo Alto, muy distante del arrogante mundo.

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