TRANSFORMACIÓN
TRANSFORMACIÓN
J. C. M.
Tenemos tiempo oyendo hablar de la "Transformación" de la "Nueva Transformación", de la "Cuarta Transformación".
La gente común percibe esta palabra como que algo o alguien te va a transformar. "Transformar" es la acción y efecto de transformar, o sea, que algo o alguien trasmute algo en otra cosa. Es como cambiar para adaptarte a las circunstancias, o de la manera política de transformar en rico por pobre o en deshonesto en honesto.
Pero ¡Oh, realidad! Esta palabra tan en boga sólo es eso, una palabra. ¡No hay transformación, simplemente unos tomaron el papel de los anteriores...! ¡Esto no es transformar, es intercambiar! Lo que debería haber sucedido es cambiar, o sea, trasformar el sistema, de uno corrupto a uno incorrupto, pero las evidencias son que ¡una corrupción suplió a la anterior!
Siguen los mismos vicios, la misma rapacidad, y ahora, con mayor virulencia. El "antiguo" régimen era corrupto inmoral y ateo... pero tenía bien claro que para sostener este estado de cosas... debería mantener un bienestar social que equilibrara la rapacidad oficial.
Pero esta transformación tan cacareada desde el poder... no es otra cosa que una perversión de la palabra transformar. La palabra en sí es positiva; en la mente del pueblo es esperanzadora... pero la realidad es que aún las migajas que antes caían desde el poder, ahora ni siquiera caen. Las antiguas migajas te incentivaban a producir; las que regala este régimen populista, se deshacen en la sobrevivencia.
Han hecho tantos recortes al presupuesto, que los Gobernadores de los Estados se quejan y amenazan de romper el pacto fiscal. La población pobre, la de los que menos tienen, ahora sufre de la manipulación o indiferencia del poder, y así, los niños mueren de cáncer, las trabajadoras que atienden a su familia, ya que no cuentan con el apoyo de las guarderías, la cultura sufre porque no hay presupuesto, etc.
Todo esto en aras de la transformación. Y la verdad es que el "nuevo régimen" esconde los recortes y pide a manos llenas dinero de cualquier fideicomiso -con el pretexto de la urgencia sanitaria o del fortalecimiento del INE-. ¡Ese descomunal capital que se ahorra o que se suma se usa, tristemente, para "transformar" a un ambicioso, en dictador!
¡"No se dejen transformar por los criterios de este mundo"! (Rom. XII, 1-2).
¡Nos encantaría escucharte!
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